11 de noviembre de 2007

Hacia el Sueve


Fuimos al Sueve. Primero al Mirador del Fito. Estaba tan atestado de coches y gente que pasamos de largo. No esperaba la vista del mar desde lo alto cuando empezamos a bajar. El día era espléndido y la visión clara. Fue como una aparición una sorpresa este azul intenso que primero atisbamos entre los árboles. La vista del Sueve desde el camino que va de Loroñe a Gobiendes, es de no olvidar. Estas moles tan imponentes a un lado y el mar al otro envueltas en una ténue neblinay con un sol intenso que hacia brillar las mil y una gotas de agua que la helada y el rocio de la noche anterior habian dejado por doquier. Llegamos a Gobiendes, convencí a mi madre para que se bajara del coche y visitaramos el Centro de Interpretación Un espacio tabicado con cristales traslucidos que le dan un aspecto muy particular… (continuará)

Las castañas van de fiesta

Disfrazar las castañas fue todo un éxito. Yo no quería darles ideas para que pensaran ellos y me desbordaron. En dos minutos habían sacado tal cantidad de ideas que no necesitaron estimulación ninguna. Me encantó una castaña mironiana que el autor decía se iba de fiesta. Hubo hadas, dráculas, supermanes… Las pintaron, las recortaron e hicieron un mural que adorna ahora nuestra clase. Un mural en negro sobre el que destacan las 12 castañas festivas. Increíble para niños de 6 años. Voy a hacer más veces estos experimentos.

8 de noviembre de 2007

Tambien pueden disfrazarse las castañas


Ya tiene 83 años y cada día necesita más dedicación. Cada día aparecen más gestos para los que necesita ayuda: Subir la acera, subir al coche, abrir las botellas.

Voy siendo testigo de su progresivo deterioro y a estas alturas, después de haber vivido gran parte de mi vida sola y a mi aire, he asumido la responsabilidad de cuidarla.

Aprendo a estar pendiente de otra persona, voy incorporando a mi realidad, sus necesidades. Es como un aprendizaje minucioso y me recorre toda una gama de sentimientos y sensaciones:

Monumental mosqueo esta mañana cuando pretendía entrar en el baño justo en el momento en el que me estaba duchando: NO me puedo aguantar, decía.

Y el mismo día un espacio de ternura mientras le pintaba las uñas. Un momento mágico de una dedicación absoluta.

Ha sido una pelea no entrar en la sopa familiar mediante el teléfono. Ella pretendía que yo me pusiese al teléfono cada vez que llamase alguien del clan familiar. Difícil hacerla entender que ella tiene sus relaciones y yo las mías con cada miembro de la familia, que es mejor que cada uno les llame según su ritmo. Dice que soy rara y que van a pesar que estoy enfadadaza.

Ardua tarea esta de marcar los límites para no acabar todos confundidos.

Mañana celebraremos el “magüestu”. Dare a los alumnos este dibujo de una castaña para que la disfracen. Ya veremos lo que sale.